Un león
merodeando a través del bosque
ansioso en
la búsqueda de su presa
sin darse
cuenta una red le atrapó
y no se
pudo escapar
trató en
vano de liberarse
de ésta
trampa desagradable
¡de pronto,
vio!
Un
ratoncito que se deslizó de su hueco
mordisqueó
con su dientes pequeñitos
las cuerdas
que formaba la red
hasta que
una por una de las cuerdas se zafó
y el león
fue liberado.
Esto nos
demuestra que no deberíamos despreciar
a las
creaturas más humildes
el más
fuerte a veces puede necesitar
la ayuda
que el hombre pobre da…
Traducido por María E.
Arroyo